De joven, Julián Quiñones podría estar orgulloso de ser el goleador de todos los tiempos de Lobos BUAP, ganar dos títulos con Atlas Guadalajara, vestir indiscutiblemente la camiseta de Fútbol México y ser el delantero estrella de América, el equipo más grande de México.
Sin embargo, hubo una mancha conmovedora en su camino hacia una carrera. En este equipo, no solo no tuvo un buen desempeño, sino que incluso fue abucheado por su propia afición.
El problema fue que a pesar de que Tigres lo trajo a México y apostó por él como suplente de André-Pierre Gignac, el máximo goleador histórico del equipo, la afición finalmente no lo aceptó.
Las razones incluyen lo siguiente:
Primero, está bajo presión para reemplazar a una leyenda viva como Gignac. Las sombras francesas pueden ser una palabra... pero pregúntale a Florian Sauvin, siempre se espera más de él de lo que realmente puede ofrecer.
Segundo, Ricciardo: "Tuca" Ferretti, quizás para darle tiempo de juego, lo metió en diferentes áreas de la cancha, el colombiano trató de hacer las cosas bien, y casi siempre lo lograba, pero nunca llegó a su máximo potencial porque las canchas en las que se sentía más cómodo ya estaban ocupadas.